sábado, 27 de abril de 2013

Napoleón y Egipto

''No puedo decirles adónde vamos ni cuánto tiempo vamos a estar allí ni con qué objetivo, pero puedo asegurarles que es un lugar para conquistar gloria y saber''

Así se dirigió el geólogo Déodat de Dolomieu al resto de sabios que irían junto él a Egipto.

Mediante la expedición egipcia, el Directorio (gobierno francés de después de la revolución) conseguiría matar varios pájaros de un tiro: Por una parte, querían quitarse de encima al joven Napoleón debido a sus grandes ambiciones. Por otra parte, no querían que Gran Bretaña, su principal enemigo, se hiciese con más territorios y aumentara su dominio comercial, por lo que encargaron a Napoleón interrumpir el paso de Inglaterra a la ruta comercial que más crédito económico daba a dicho país: la ruta con la India.
Estos intereses ''se ocultaron'' bajo intereses culturales, por eso a la expedición no solo se llevaron a los mejores generales, sino también a grandes sabios, entre los que habían astrónomos, químicos, ingenieros, economistas, poetas, pintores, etc.


Por ese entonces, Egipto estaba controlado por el Imperio Turco. Este estaba ya muy debilitado, por lo que aparentemente, los franceses no tendrían gran problema en conseguir su fin. Sin embargo, se encontraron con un gran obstáculo: los mamelucos. Estos hombres, provenientes en su mayoría del Cáucaso, eran instruídos militarmente por el Imperio Otomano para su defensa. Una vez instruídos, pasaban de ser esclavos a ser hombres libres.

La Batalla de las pirámides

Una vez conquistada Alejandría, Napoleón puso rumbo a El Cairo, y fue poco antes de llegar a esta cuando se encontró con la resistencia mameluca. A pesar del gran dominio en el uso de sables y lanzas de estos guerreros, la caballería de Murad Bey pronto se vió vencida por los franceses (3000 muertos en pocas horas), notablemente superiores en cuanto armamento y recursos.
Ibrahim Bey quiso reorganizar la resistencia, pero acabó rindiéndose ante la superioridad de los franceses y entregó Egipto.

 La Batalla del Nilo (comienzo del fracaso)

El comandante inglés Horatio Nelson, sería el que conseguiría dar la vuelta a la situación en Abukir cuando, llevando a cabo hábiles estrategias, consiguió atacar por un flanco desprotegido a los franceses. Como resultado, estos últimos perdieron parte de su flota, 1700 murieron, 600 acabaron heridos y otros 3000 acabaron como prisioneros.


Tras esta derrota, Napoleón se vio incomunicado en la zona. Esto, sumado a la complicación de la situación política en París, hizo que huyera. Dejó a su segundo, Kléber, en una situación insostenible y los británicos acabaron controlando la situación.

Expedición científica

A pesar de la derrota militar, esta expedición supuso un gran avance cultural y científico, lo que significó la apertura cultural de Oriente a Occidente.
Se puede destacar La Descripción de Egipto, donde se describía con todo detalle aspectos de la vida egipcia, las ruinas de los templos que allí había, etc.
Otro gran descubrimiento fue la Piedra de Rosetta: una estela egipcia con jeroglíficos, escritura demótica, e incluso, escritura griega, que resultó clave posteriormente para descifrar los jeroglíficos egipcios.


Los británicos exigieron a los franceses la entrega de muchos de estos descubrimientos, estudios y documentos. A pesar de la negativa francesa,  finalmente consiguieron hacerse con gran parte de las obras, incluida la piedra de Rosetta.

Fuentes
John Julius Norwich: El Mediterráneo. Un mar de encuentros y conflictos entre civilizaciones.

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